abril 01, 2008

EL AMOR Y OTRO TIEMPO PERDIDO

No me vuelvo a fijar en nadie por ahora. ¡¡Este si es!! Encontré al hombre perfecto. ¿Por qué será que cada vez que sale de mi boca una de esas frases, me equivoco? Mm ni idea. Pretendo no saber, pero tal vez sea porque siempre voy mentalizada al fracaso. Lo acepto, cada vez que inicio una relación lo primero que hago es apostar cuanto tiempo durará o, mejor aun, cuando terminará. Tal vez por eso me aburro tan fácilmente de los hombres que llegan a mi vida. Tal vez sea por defectos de fábrica con los que vienen los infelices.

O tal vez el amor no está hecho para seres como yo. ¿Cómo soy? Una indecisa de tiempo completo. Pero, más que eso, una egoísta. No hay nada que hacer ahí, creo que la verdadera solución a mi ‘problema con los hombres’ llegará el día que aparezca alguien capaz de hacer que me desenamore de mí para poder compartir mis sentimientos. ¿Será mucho pedir? Además de eso, también pido lo de todas las mujeres, también pido al hombre cliché que no sea latoso, pero que llame justo cuando está siendo pensado; al caballero que no sea celoso, pero que no le de igual si otro se propasa conmigo; parece mentira pero, yo, que mucho alardeo de mi rareza, busco lo mismo que todas, abro el cajón y por primera vez, saco las frases mas novelescas, está bien, lo admito, quiero todo un príncipe azul. La diferencia puede ser, que no lo quiero perfecto, lo quiero humano (tanta perfección aburre), necesito alguien con quien pelear, a quien gritarle, con quien ser grosera, alguien que me soporte, alguien que no me critique, alguien que se ría de mis ridiculeces, necesito alguien con quien reconciliarme una vez a la semana.

Acabo de releer lo anterior y, una sonrisa de resignación se dibujó en mis labios. ¿Cómo así? ¿En qué he quedado? Esta no soy yo, definitivamente, algo me hicieron, porque ¡¡ESTA NO SOY YO!! Ya me siento como si perdiera el tiempo, cada línea que escribo representa unos cuantos minutos desperdiciados en mi vida, minutos que pude haber invertido en algo más fructífero. Y eso que no estoy enamorada, y eso que no me he enamorado. Supongo que el día que ‘por fin’ ocurra el gran acontecimiento, será mucho peor. Sin embargo, no me imagino sentada en una mecedora mirando lejos con cara de imbécil, pensando en alguien a la luz de la luna, y de su ausencia. No, sinceramente, esa no es la clase de amor que anhelo que llegue a mi vida.

¿Qué clase de amor quiero? Un amor al mejor estilo yo, quiero un amor que me haga sentir placentera una caricia, pero que no me haga incurrir en cursilerías televisadas. Quiero un amor seco, un amor seco que se humedezca solo cuando sea necesario, un amor seco que no se confunda con el olvido, eso es lo que me sirve por ahora. Pero está difícil, creo que está difícil la tarea de encontrar una silueta que encaje a la perfección en mi perfil. Quién sabe. Por el momento, trataré de no perder el tiempo esperando que ese amor llegue a mi puerta, mejor adelanto labores, para cuando llegue y me haga tragarme mis palabras mientras me desvivo por algún sujeto que me llame todas las noches a desearme dulces sueños.