septiembre 30, 2012

ÁRIDA


Quise sentarme a escribir alguna bobada de esas que deslumbran, pero me entretuve leyendo al azar y enterándome de chismes que poco o nada inciden en mi vida. Recordé la caminata que recién había hecho, en los cigarrillos que fumé y en los osos de goma que ahogué en el helado que dejé derretir mientras veía a los padres sacar a sus hijos. "Esta ciudad es una mierda." me dije mientras al son de la música esa que nunca escuchábamos veía al cielo dejar escapar uno que otro relámpago. Por vez primera, sentí la necesidad de patear a la perra, escuchar sus alaridos de dolor, para ver si encontraba banda sonora alguna para mi impotencia, pero no. No soy así. Quise, de igual forma, sentir envidia u odio. Cualquiera podrá darte algo que yo jamás. O bueno, eso creo. Todavía no llegan los resultados y ya estoy dándome mala vida. ¿Qué tal que todo sea una falsa alarma y yo esté aquí, sufriendo por una posibilidad descartada? O, ¿qué tal que si sea lo que temo y tenga que despedirme de una parte de mí para seguir viviendo? He pasado por cosas peores y he aprendido a estar bien, a dejar morir las angustias. La diferencia, querido extraño, es que nunca antes había estado sola.

septiembre 25, 2012

TACITURNA

Siempre quiso caerle bien a todos. Era tal su necesidad de no quedar mal en ninguna situación que, con frecuencia mentía u ocultaba sus disgustos para evitar discusiones. Una que otra vez pecaba contra sus principios de paz y manifestaba su desacuerdo, para arrepentirse luego de haber armado una pelea. El otro día la encontré sentada en una banca, mirando lejos, con cara de estar dándose golpes de pecho. Quise indagar un poco y lo único que dijo fue: "No debí decirle que no mensajeara a mis amigas...". Fue poco lo que pude concluir. Creo que le reclamó al novio algo y él se pegó de ahí para hacerse el digno. En fin. Parece que nunca se perdonó haber perdido al 'amor de su vida' por haberle hecho una observación. No pudo con eso. Así como tampoco pudo con el peso de tantas ofensas echadas al olvido. Lo bueno de esto es que murió en su ley. Hoy en el funeral, todos comentaban lo buena que era. "Una tristeza total. Ya no hay personas así...", decían mientras se disponían a seguir con sus vidas.

septiembre 22, 2012

UN VIAJE, UN RECUERDO Y UNA ENTREGA.


Una vez conocí el otro mar, esa inmensidad azul que se extiende hasta el horizonte, distante  de esta otra inmensidad que en tonos de verde y fuego se extiende hasta el horizonte. Lejos de la llanura, buscaba el silencio, y encontré en su sonrisa y su mirada plácida un remanso de quietud, por días caminamos y hablamos de cosas triviales y de gente trivial, discutimos acerca del color del cielo aquí y allá, pusimos de presente que cada uno amaba su tierra como ninguna otra cosa, y de repente en una de esas largas caminatas por sitios llenos de olor a mar, me di cuenta que no era su sonrisa lo único que me parecía bonito en ella, era también la forma en que me decía "hola cielo", era la forma en que se exaltaba cuando le llevaba la contraria, era la forma en que se tomaba sus rizos y los hacía un moño encima de su cabeza, eran las veces que había intentado besarla y ella había quitado su rostro alegando cualquier excusa inocente como "mira en esta piedra hay un cangrejito!!".

Ese día decidí volver a casa y olvidarme de ese rostro moreno y esos ojos inocentes. Vine y me senté a escribirle a una mujer imaginaria que lentamente empezó a transfigurarse en ella, de repente en mis historias, saltaba de manera inesperada primero de forma poco relevante, y luego con el pasar del tiempo llegó a convertirse en heroína, en víctima, en protagonista en autora intelectual, en villana principal y hasta llegó a aparecer alguna vez como amante de mi alter ego. 

Incluso mis historias empezaron a oler a mar, a tener olor a coco y a incorporar playas con luna llena y brisa fresca llevando olor a sal desde las olas que resonaban de fondo rompiendo contra muelles imaginarios donde un barco indefectiblemente se alejaba con ella a bordo. Fue entonces que empecé a escribir historias de piratas y bucaneros, porque para mi eso fue siempre el mar, aventura y romance y una mujer esperando en la costa con la mirada llena de esperanza y los recuerdos prendidos en un olor que no se aleja.

Un día tomé un avión que me llevó a esa ciudad que recorrimos juntos y apenas me bajé encontré a sus padres llorando en la recepción de pasajeros, allí en frente de todos esos pasajeros que iban y venían de muchas partes, arranqué el corazón de mi pecho donde me la había llevado y la devolví entera a su familia.


Si quieren ver el escrito que le regalé a Julián para su blog aquí está: "Pausa Activa."

septiembre 20, 2012

DISPERSA

Se volvió tan dependiente que, a punta de intuición, notaba cuando su basurero emocional salía a untarse de vida y se inventaba nuevas formas de sufrir, sólo para cerciorarse de cuán incondicional era su amistad. Idolatraba tanto a Marta que a todos les hablaba de ella. En cualquier momento. En cualquier lugar. Era su alma gemela, su eslabón perdido. Su obsesión por ella era tal que celebraba en silencio sus fracasos amorosos y a diario deseaba con todas sus fuerzas que nunca encontrara a alguien que se amoldara a sus ideales. 

No era egoísmo, estaba protegiendo lo que creía suyo. Cegada por su necesidad de ser siempre quien figurara, la descuidó. De un día para otro, Marta consiguió empleo al otro extremo del país. Se fue sin despedirse y prometiéndole que no perderían contacto y que su relación era tan sólida que la distancia sólo la fortalecería. Eso la calmó. Y así fue. Marta la llamaba a diario. Se mantenía al tanto de su salud mental hasta que encontró marido y se distanció paulatinamente. Hubo ocasiones en las que por mucho que intentara hablarle, Marta no contestaba su celular y era como si se la tragara la tierra. 

El fin de semana tuvieron una pelea fuerte. La respuesta de Marta tras 68 llamadas perdidas, 10 mensajes de texto y 2 correos fue: "Milena, déjame culiar en paz con mi esposo."

septiembre 17, 2012

AUTOR

Debería intentar despedirme de ese orgullo que tanto afirmo no tener. Tratarte como a uno más y perdonar cualquier disgusto. Finalmente, eres el único a quien he amado y, una de las razones de mi existencia. Qué triste es esta relación. Qué triste ha sido necesitar de alcohol en la sangre para decirnos verdades. Qué triste ha sido ser con quien menos tiempo hayas compartido. Qué triste es no hablarte. Qué triste es saber que estás esperando que sea yo quien de el brazo a torcer y te busque, como siempre. Qué malacostumbrado estás. Qué triste es estar lejos, temiendo por tu vida. Qué triste es que a tu edad la salud se complique. Qué triste es que siempre hayas creído que con dinero se compensa la ausencia. Pero, más triste aún es que yo esté muriendo desde hace tanto tiempo por decirte que te amo más que a nadie y el temor a tu respuesta me impide hacerlo.   

septiembre 09, 2012

YO

Esta, bien podría ser una entrada para ti en la que exprese todo el odio que se supone debería sentir. De ser así, quedaría en blanco y, quizás, me ahogaría en buenos deseos para tu vida, sin importar el daño recibido. Posiblemente, no negaría mis lágrimas, pero tampoco las sonrisas posteriores a tu partida. No pretendería, la nobleza de la mujer sincera e inocente que perdona sin importar la ofensa, diciéndote lo agradables que fueron tus mentiras. Bajo ninguna circunstancia admitiría que tardé pariendo estas líneas porque, constantemente, estuve tentada a borrarlas y optar por la salida fácil. Pero, ¿quién carajos prefiere destruir sabiendo lo placentero que es crear? ¡Oh! Lo olvidaba. Esta no es una entrada para ti. Tampoco lo es para él. Esta entrada no es para nadie.