Jugamos a olvidar las prohibiciones, las leyes y preceptos que nos impedían consumar la repentina pasión que surgió al cruzar nuevamente nuestros caminos. Recuerdo la infancia de otrora y me pregunto qué pasó con aquellos chiquillos que jugaban inocentemente y corrían por el jardín hasta el cansancio vespertino. Crecimos. Ahora somos más viejos, más perversos, más carnales... Más culpables de pasar por alto que no todos pueden juntarse, de ingorar las razones por las que no debimos dejarnos llevar por los crecientes deseos y las consecuencias de haber unido nuestros cuerpos para satisfacer una fugaz excitación.Ahora, somos dueños de un secreto... Somos adictos 'a los juegos de artificio' que invetamos para pasar el rato... Somos esclavos de un nuevo vicio, uno que nos permite seguir hundiéndonos a nuestro antojo, uno que cada día nos muestra nuevas formas de ocultarnos para fingir amarnos, uno que terminará el día que uno de los dos se aburra o se enamore... Uno que puede terminar el día que seamos descubiertos mezclando nuestros cuerpos con una familiaridad tal que reboce el descaro.
ojalá todos los juegos que aprendemos fueran de ese corte...ojalá todo fuera una vuelta a lo básico, ojalá todo llevara hacia adentro (me gusta esta parte porque aplica para aquellos con pensamiento concreto y entrendimiento literal igual que para aquellos con pensamiento abstracto y entendimiento figurado), ojalá todo nos regresara a nuestras raíces, a nuestra esencia, ojalá todos los juegos nos llevaran a descubrir la esencia del otro...pero qué va...en carrefour el nintendo wii está barato (?)...qué le hacemos, aquí nos tocó vivir.
ResponderEliminarte espero en
www.prohibidoignorar.blogspot.com
un tanto diferente la forma, muy parecida la esencia si la sabes ver.