Mi batalla, día tras día, en posición horizontal no se asemeja a la tuya, vil caminata diaria que se hace notar en las calles.
Mis palabras, consumidas con el tiempo, han hecho de este el más silencioso de los actos. Las tuyas, se hacen reales en una voz de protesta por las injusticias del país.
Mi cuerpo, magullado por los años y consumido por la venta de un sentimiento simulado, contrario a la virilidad y juventud que caracterizan al tuyo, pilar de energía liberadora, busca a toda costa contagiarse de tu aura para ganarles a la muerte y al olvido.
Mis ojos, mar de lágrimas secas de amargura y resignación se cruzan con los tuyos, oasis en la indiferencia de tus semejantes, conectándose mientras libramos un acto hostil y carnal inventado por nuestras mentes para despedirnos temporalmente de este mundo.
Yo puta y tu guerrillero. Así nos bautizó la sociedad. Nos olvidamos de nuestros asuntos pendientes para entregarnos a un placer pecaminoso y gratuito, mientras más allá de las sábanas los hermanos se siguen matando.Mi batalla, día tras día, en posición horizontal no se asemeja a la tuya, vil caminata diaria que se hace notar en las calles.
Exceptuando el hecho de que se repite, no se si intencional o involuntariamente, bueno en cualquiera de los dos casos VALIDO, me resulta agradable leer a una puta que compara su profesión con un ejecutante de guerras, sobre todo porque, tal como se muestra, no es nada símil. Ella ejerce su profesión, mientras él descansa de la guerra dedicándole tiempo a su cuerpo herido.
ResponderEliminarEs una dualidad humana de los héroes de la guerra y una “unipersonificacion” del recorrido “horizontal” de una puta… ¿será que ella si conocerán a Dionisios?
me gusta
ResponderEliminarmmm con que sigues escribiendo...
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