septiembre 11, 2009

LISA

Hace un año Lisa decidió abandonar el tratamiento sugerido por su especialista a fin de probarse a sí misma que era capaz de vivir tranquilamente sin ayuda de fármacos. Con el paso de los días notó que no hubo inconveniente alguno. Desde ese momento supo que estaba sanada y bañada en lágrimas de tranquilidad hizo público su descubrimiento.

Los primeros meses fueron de felicidad, para ella y para quienes la rodeaban. Fueron perfectos hasta que la eterna solterona de la familia recibió un ramo de rosas diario durante 40 días. Todos se acercaban, llenos de curiosidad, para averiguar la identidad del remitente y, de paso, para comentar unos con otros quién podría haberse fijado en semejante esperpento.

Con la correspondencia llegaron las cartas; incomparables documentos delicadamente elaborados, hechos a la medida de los gustos de Lisa: una réplica de su letra y de su repertorio, con los colores que a ella le gustaban, con aromas que la hipnotizaban… Fue ahí cuando la especulación se convirtió en el pan diario y los comentarios relacionados con su cordura estaban en boca de todos. “El tío no es de aquí”. “Se trata de una broma”. “Ha de ser tuerto, ciego o cojo”. “Es un enfermo terminal”. “Es otra mujer”. Las extrañas, e incluso graciosas, teorías se convirtieron en el pasatiempo predilecto de familiares, parientes, vecinos y amigos. Todos llegaban a la misma conclusión: la interrupción del tratamiento había hecho flaquear la sensatez de Lisa, al punto de enviarse flores, escribirse cartas e inventarse un enamorado para sacudir la soledad de su imagen.

Lisa siempre se cuidó de andar en boca de la gente y ser tildada de loca la consumió. De hecho, la mató. Pero más aun, la tristeza que se apoderó de su ser al darse cuenta de lo subestimada que era en asuntos del corazón, el ser creída incapaz de encontrar un alma gemela que la amara y la aceptara con virtudes y defectos.

Para sorpresa de todos, al séptimo día el rezo de la novena fue interrumpido por una llamada. La madre de Lisa quedó paralizada al escuchar al otro lado de la línea a un tipo con acento extranjero que decía llamarse André, preguntar por Lisa.

5 comentarios:

  1. interesante.. iensperado pero la vida es asi , da giros inusitados uno nunca sabe lo q se viene encima, malas o buenas no se debe hablar de una persona por muy HORRIBLE Q SEA....

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  2. interesante.. iensperado pero la vida es asi , da giros inusitados uno nunca sabe lo q se viene encima, malas o buenas no se debe hablar de una persona por muy HORRIBLE Q SEA....

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  3. ps... pobre lisa murio de un mal del q pocos escapan...

    nada es mas cruel que la lengua del hombre, que las palabras...

    tu blog se ve raro... debe ser por q estaba acostumbrado a la otra imagen..

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  4. Si tan sólo hubiera esperado unos días más.

    Salú pue.

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