ASÍ - DESAYUNO

Es curioso. Estamos en un bar y simplemente no me preocupo por ser la más hermosa del lugar porque sé que, aunque no lo soy, seré yo quien elijas para irte a casa. 

Entro al baño. ¡Oh, sorpresa! Un espejo grande para apreciar mis estrías y kilos de más. Hay más gorditos que de costumbre. Creo que tienes mala mano. 

¿En qué estarán pensando las parejas que nos rodean? Se comen a besos, ocultan sus dedos en la ropa ajena y ahí estamos tú y yo, mencionando de vez en cuando algún oficio o pago pendiente. Así es todo ahora. 

Por lo pronto vayámonos. Creo que es preciso hacer el amor antes de dormir. Pero sólo un rato porque mañana hay que ir a trabajar.

OCHO

—Me aburrí de imaginarte y simplemente voy a hacer esto.

Eso fue lo que dijo antes de abalanzarse sobre mí e intentar besarme sin importarle quién pudiera vernos. Quise detenerle y, como de costumbre, sólo di para hacerle otra pregunta innecesaria relacionada con su matrimonio.

—Las cosas están bien por allá.

Nuevamente, mi cabeza dio vueltas tratando de encontrar la razón por la que quería estar conmigo si con su pareja todo marchaba de maravilla. Lo único diferente fue que esta vez no tardé mucho para pensar al respecto y, aún sin respuesta, decidí ser complaciente. Le besé y, sin las maricadas de la gente que se ama, todo fue más claro.

Por la forma en la que todo se dio terminé por concluir que el problema no era ningún problema. Sólo era yo, que sin explicaciones existentes, tenía la facultad de enloquecerle.

SUFRIDA

Quisiera asegurarte que vas a venir a un buen lugar pero, por desgracia, te tocaría nacer en un país en el que ni siquiera saben escoger a sus gobernantes. Me encantaría decirte que te recibiremos en un hogar lleno de amor pero no te garantizo que quiera que él siga aquí para el momento en el que veas la luz. Me gustaría, querida, darte una buena vida y poder cuidarte, pero no sé cuidarme a mí misma. 

Quisiera tener la casa limpia por si llegas antes de lo previsto, pero nuevamente la pereza me ganó y sólo di para tirarme en la cama a imaginar cómo sería todo si te dejara venir.

Lo cierto, Frida, es que no estamos listas la una para la otra.

FORMA

Mentir no es malo. De tanto que lo hicimos, logramos construir algo.

Mentir no es malo. De tanto que lo hacemos, al sincerarnos salimos de la rutina.

Mentir no es malo. De tanto que lo haremos prefiero no seguir a tu lado. Aunque esto, mi querido compañero, sabes no es del todo cierto.