Miraba por la ventana para contener las lágrimas que descaradamente se asomaban de sus ojos. Su cuerpo estaba a punto de estallar y conforme corría el reloj se reducían las maneras de disimular su dolor. Sentía que era muy pronto para despedirse y sabía que él tampoco quería hacerlo. ¿Acaso no había forma alguna de evitar ese desenlace fatal?
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Tal vez todo hubiese sido más fácil si su amado no hubiera firmado aquella orden de desconexión que lo arrebataría de este mundo en menos de una hora...