diciembre 31, 2011

HASTA DONDE LLOVIÓ, HUBO BARRO...

Son pocas las horas que faltan para dar fin a este año, tan lleno de mierda, que me empalagó. Fueron demasiadas las lágrimas derramadas, pero en igual medida, las carcajadas que dejé escapar estrepitosamente rompiendo muchos silencios. Fueron muchos días gastados concibiendo el suicidio como única salida a este caos que ha quedado de mi vida. Ayer fue uno de ellos. En otra ocasión, quizás les cuente cómo arruiné mi relación familiar un 30 de diciembre, o a lo mejor no. 

2011 fue un año en que la opinión popular supo tildarme, en distintas ocasiones y épocas, de ingrata. Por tal motivo, quiero agradecer a todos los que estuvieron a mi lado, no sólo en momentos de dificultad, sino también en las buenas. A los que ya no están en mi círculo social, gracias también... Lo que no sirve, que no estorbe, pero seguramente, también pasé buenos momentos con ustedes. Al Ricardo y al José, gracias por hacerme pasar momentos buenos y por hacerme coger rabietas, gracias por aguantarse mi volubilidad.

En fin. En medio de una depresión hijueputa y con los ánimos quebrados, paso por acá a desearle feliz año nuevo a quienes aun me leen, a quienes aun me toleran... Abrazos miles y que el año que entra esté lleno de bendiciones y buenas energías para todos (aunque esto último me lo tomo para mí mejor).

diciembre 19, 2011

AUTORRETRATO (iii)


Es adicta al sexo. No hay nada que la haga sentir más viva que las manos de un hombre recorriendo su cuerpo de pies a cabeza. Sin embargo, ha caído en períodos en los que pierde el deseo totalmente. Su vida es escenario de la dejadez cada vez que recuerda esos dos episodios que tanto la marcaron. De un tiempo para acá, le resulta imposible olvidar las agresiones de su anterior pareja. Pero eso es nada en comparación con su otro demonio. No logra datar con exactitud los hechos, pero los rememora con exactitud. 

Se encontraba llenando un crucigrama en casa de una vecina. El ruido que los infantes presentes hacían mientras corrían, al parecer, no era suficiente para desconcentrarla de su pasatiempo favorito. Lo había heredado de sus padres. En esa época era raro ver a una niña que no superaba los 8 años, lapicero en mano mientras los demás se escondían tras los muebles. De repente, mientras daba con los nombres de políticos y actores de la época, sintió como su tranquilidad era interrumpida al ritmo de esas curiosas manos que invadían su inocencia. No hubo penetración. Seguía siendo virgen, pero eso no era suficiente para desalojar la idea de impureza que abrazaba su aura. Desde ese día su historia se partió en dos.

Desde ese día, dejé de verme en primera persona.

diciembre 17, 2011

AUTORRETRATO (ii)*

Simuló cerrar la puerta que daba acceso a su cosmos. El orgullo le impedía dejarse ver irreconocible y magullada. Si bien, era extraña, pero no de ese modo, sino del modo agradable. Dejó entreabierta la cerradura, por si algún día, su composición le demandaba compañía; añoranza que el temor se empeñaba en ocultar pero que su cuerpo -más bien su alma- pedía a gritos. No era justo desaprovechar la perfección de la lluvia, de la luna, de las calles, atravesándolas solitaria, cuando moría de ganas de profanar cuanto rincón de su ciudad estuviese abierto al público. Días antes del final, encontró en su imaginación la única forma de calmar sus ansias sin exponerse nuevamente a dejarse enredar por sus demonios.
*Ocho meses después...

diciembre 11, 2011

CARTA AL NIÑO DIOS (ii)


-Hijo, debido a que este año cambiamos de dirección, es posible que el Niño Dios llegue a destiempo o, incluso, no llegue. No arrugues la cara así, con todo lo ocurrido en los últimos meses, olvidé actualizar los datos.
-No te preocupes mamá, entiendo -decía mientras se retiraba a su habitación-.
"Maldita seas mamá, ya le había dicho a todos que mis regalos iban a ser los mejores." Pensaba mientras gimoteaba sobre la almohada.

diciembre 08, 2011

DUPLICIDAD

Era difícil no relacionar cada palabra del sujeto en cuestión con estribillos de canciones de esas que no se cantan frente a la familia. Era experta en el arte de someter a cualquiera en su camino y justo se fue a obsesionar con su versión desalmada. "Vida de mierda! Me las estás cobrando..." Pensaba mientras su ceja izquierda reaccionaba a cada una de sus palabras digitadas sagazmente. Aun así, era inevitable sonreír por causa de sus ocurrencias, por más predecibles que resultaran y, de paso, dedicar gran parte de su tiempo a complacer sus retorcidos caprichos y a fantasear con el producto de sus afinidades.

Ayer fue un día de esos. Llegó retrasada al encuentro con la persona a la que ha amado durante los últimos meses. "Me estoy tomando esto muy en serio..." Se decía a sí misma mientras abordaba el vehículo que la llevaría de vuelta a la realidad.