mayo 11, 2011

CATARSIS

Decidió cortarle las manos mientras estuviese durmiendo. A fin de cuentas, sin las extremidades superiores le sería imposible a su bestial amante maltratarla indiscriminadamente. A la primera oportunidad de hacerlo, arruinó el momento. "¡Qué más da! El mundo continúa mañana" Se decía a si misma para calmar la frustración de no haber llevado a cabo su empresa. Nuevamente, el hombre dormía y, con una determinación intrépida, se acercó a el y, cuchillo en mano, pretendió no cortarle los brazos, sino el cuello, pero en esta ocasión, los vestigios de un amor de antaño impidieron consumar el plan... Pasaron días sin que fuese capaz de asesinarlo, hasta que resignada por no poder acabar con aquel despreciable ser, intuyó que la solución era otra. Así, pudo sentir nuevamente un poco de paz, mientras el chorreante escarlata purificaba su cuerpo...