octubre 16, 2013

TESTARUDA

Entre lágrimas terminas dándote cuenta que eres de esas mujeres exigentes a las que los hombres suelen dejar 'porque jodes mucho', de las mismas que por mucho que levante dondequiera que vaya, termina aburriendo hasta al más paciente de los tipos. Aprendes a vivir con eso pero sigues tropezando con la misma piedra porque quizás el resultado sea diferente.

Eres inteligente, pero te dejas pisotear.
Eres hermosa, pero te dejas arrastrar.
Eres deseada, pero te dejas maltratar.

¿Qué pasa contigo?
¿Cómo pueden coincidir ego alto y autoestima baja?
¿Por qué te conformas con alguien que te hace daño?

Piensas todo eso. Sobria o ebria las conclusiones son las mismas. Llegas a la casa y está todo solo porque él volvió a dejarte. Sabes que eres tú la culpable, no por haber cometido errores sino por dejarle volver cada vez que se le antoja. Decides no hablarle más y sacarlo de tu vida definitivamente.

Lo ves conectado. Le hablas.

Vales huevo y lo sabes.

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