abril 09, 2010

INSULINA

Mientras veía derretirse su cuerpo, la voz del pasillo le hacía desear más. Se encontraba en un éxtasis profundo que le nublaba la vista a ratos. De vez en cuando se perdía en un vaivén de miradas lascivas y deseaba la eternidad a su lado. Lo creyó el mejor momento de su vida, salvo que aun no había escuchado aquella metáfora que, luego de ahogarla en lágrimas y felicidad, expulsó las esquirlas restantes de su corazón.

1 comentario:

  1. Esos recuerdos son los mejores.
    Perfectos para acariciarlos suavemente en los lugares menos esperados.
    saludos!

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