agosto 19, 2010

YAZOO




De repente, el río se aburrió de deleitar con sus aguas a las jovencitas perversas que bañaban sus lozanos cuerpos cada mañana. Y así fue como aprovechó la sequía para desviar sus aguas hacia otro lugar.

1 comentario:

  1. He de suponer que la sequia es un óbito inevitable y que su continuación es una reencarnación ilusoria y optimista… esto teniendo en cuenta y sin olvidar que el rio, agua de vida, ha sido manoseado por la perversidad lozana de unas rameras y estantiguas.

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