marzo 03, 2013

CASA


Mija, tu abuela que te cuides que ya se van a meter las lluvias y tú no sabes nadar. Si ves que se forma un arroyo te quedas donde estás y no te muevas hasta que baje.

***

Se me van los días extrañando el mugre de tus calles, la basura que tus incultos hijos te regalan a diario, el olor a orín impregnado en tu historia. Se me van los días pensando que nuestro amor funciona así, de lejos, con la añoranza de quien se fue a buscar algo mejor fuera de tu seno porque tú, mi querida ciudad, no das puntada sin dedal.

Se me van los días, a dos horas de tus calles, pensando si mañana dejarás de tener dos caras. Se me van los días extrañando al sparring lleno de tías que se gana la vida arreando pasajeros porque atrás también hay puerta de salida.

Se me van los días, maldito moridero, no teniendo de qué quejarme porque en cualquier sitio todo es menos peor  y no hay que poner tanto cuidado con la carrandanga de mototaxis que aparecen como kamikazes, sabrá Dios si para rebuscar honradamente o para jalarle el bolso al primer marica que pillen descuidado.

Se me van los días, amada ciudad, extrañando el colorido de tus calles y las sonrisas dibujadas en la miseria que te rodea. Se me van los días, así como también se te van a ti porque quizás dentro de poco ya sirva el Transcaribe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario