junio 07, 2013

AMPARO

La última vez que fue vista estaba en la terraza, fumando un cigarrillo. Fue raro para la vieja Rosa, quien sintió el ruido y se asomó por la ventana, observarla con la mirada perdida como alardeando un vicio de forma tan espontánea teniendo en cuenta que era época de toques de queda. ¿Qué carajos podría hacer despierta esa muchachita en ropa de dormir desafiando a los de los vidrios polarizados? Nunca supieron por qué se enfrentó así a su muerte, pero se le vio tranquila al momento de recibir el balazo en la frente. De esa forma, todos creyeron que fue un destino trágico y que murió feliz, amando a su marido y a sus hijos y que era una lástima total el final de la joven que a diario tenía una sonrisa para todos en el barrio.

Fue un misterio. Nadie supo que simplemente así lo había decidido luego de varias noches sin poder dormir y de ir despreciando lentamente su lado de la cama. A lo mejor ninguno se preguntó si aquella muchacha de ojos rasgados era feliz junto a la familia que había formado y fue por eso que no notaron la frustración que a diario aumentaba su deseo de morir.

Creo que ni el marido sabía. Ahí se le veía, dando gritos y abrazando con dramatismo el cajón de su amada. La trataba bien y no había  comportamiento alguno que delatara infidelidades o reacciones violentas. Sólo yo pude notar que lo único malo en esa familia era la nostalgia que acompañaba a la mujer y lo mucho que añoraba su cama, pero no la matrimonial, sino esa que con tanto esmero su madre le compró y a la que deseaba con todas sus fuerzas volver para ver si algún día descansaba.

Está cayendo la tierra y nadie sabe que su cansancio se debía al abandono constante de los proyectos que emprendía. Por boca de ella supe que así pasó cuando intentó aprender a tocar un instrumento, con el ajedrez, con la pintura y hasta con la escritura. Sólo se aburría y abandonaba. Ante la incapacidad de hacer lo mismo con las criaturas que trajo al mundo y el hombre que tanto la había amado en tan poco tiempo y por el miedo a arder en el infierno por suicida, tal como había aprendido en la iglesia, se dejó morir a manos de los de la limpieza social.

No puedo evitar imaginarla, aburrida de estar muerta y buscando la forma de abandonar también ese proyecto para iniciar otro y seguir con el círculo vicioso que nos trajo a todos al cementerio a darle el último adiós. 

2 comentarios:

  1. El último párrafo. Me mató.No pun intended though. Tienes talento Elis Fonseca. Tienes talento.

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  2. Qué triste historia, realidad de muchas

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