octubre 15, 2016

ELECTRICIDAD


En silencio, sin más ruido que el de mi respiración los vi hacer hacer su gran
aparición. A lo lejos algunos, otros justo aquí, en medio de los dos.

Me percaté de tu presencia y sonreí. No recordaba haberte dejado a mi lado cuando fui a dormir pero, de cierto modo, me dejé invadir por una alegría extraña, como de quien consigue algo luego de varios intentos fallidos. 

Quisiste hablarme, lo sé, pero no tenía sentido romper la tranquilidad del momento con palabras innecesarias. ¿Qué más conversación que nuestras manos rozándose al son de los truenos?

De repente, el espectáculo de nuestra ventana se convirtió en un simple sereno y con el agua se fueron tú y los relámpagos. Cesaron los suspiros hasta que decidí buscarte en sueños, nuevamente. 


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