enero 23, 2013

MIÉRCOLES

—Veamos... Uno te tiene que gustar más que el otro. 
—Ya te dije que los dos me gustan. Pero no sé... 50-50 diría yo.
—Aprovechemos que el cacorro este no está y comparamos para que te quede más fácil la decisión.
—¿Y cómo?

*Abre Excel*

ALBERTO    ENRIQUE
Sexo 100 100
Disponibiliad 80 90
Dinero 90 100
Inteligencia 100 80
Afinidad 80 90
TOTAL 450 460




—¿Por qué sexo de primero?
—Porque tú eres alborotada. No te hagas la que no busca eso de primero.
—Bueno. Ahí me quedaría difícil.
—Enrique tiene más tiempo para ti. Eso puede significar que hay más tiempo para tener sexo o que es un vago sin trabajo.
—Freelance.
—Punto para Alberto. Uy. Pero como asalariado no le va mejor que al vago.
—Pero es más inteligente.
—¿Y qué? No creo que quieras estar con alguien que te haga sentir como una bruta todo el tiempo. Sé cómo es. Al comienzo te sientes feliz porque aprendes, hasta que empieza a sentir pena de sacarte o te pide que te quedes callada en las reuniones con amigos o familia. Eres más afín con el vago. Aparte, ese es más gamín. Como te gustan a ti.
—No sé. Están muy parejos y los dos me gustan. Mucho.
—Entonces... ¿Para qué decidir? Sigue con los dos.
—No soy tan perra.
—¿Y qué has venido siendo durante los últimos 4 meses?

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