abril 02, 2012

TACHONES Y ENMENDADURAS


Esta tarde, Laura se preguntó a dónde iban a parar los formularios que desechaban por errores al momento de diligenciarlos. Pensó en cuántas hojas eran desperdiciadas al día, teniendo en cuenta el nivel educativo de los usuarios de la división. "Las cosas no están para maltratar más árboles" pensó mientras caminaba al depósito del banco y husmeaba entre polvorientas cajas olvidadas por sus compañeros. ¡Por fin las encontró! Se distrajo comparando tipos de letras, profesiones, salario... Inventó historias durante casi todo el receso y decidió llevarse a casa todo lo que fuese reciclable.

De ochocientas solicitudes, menos de la mitad eran rescatables y sólo una estaba totalmente vacía. Pensó devolverla a la oficina, pero prefirió quedársela, junto con los escombros de lo que se proyectaba como una buena amistad las ilusiones rurales para dar inicio a la vida crediticia.

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