noviembre 13, 2012

PARA-LELA


Otro día de estar atontada viendo cómo lo que dices se desvanece mientras me río del cuento de mi amiga la que siempre tiene algo que contar. Sí. La misma que tumbó la cama del vecino de lo duro que le estaban dando. Se le escucha feliz a la muy degenerada. Lo merece, supongo. ¿Y yo qué? Estoy algo cansada de desvestirme cada noche frente a tus ojos. No es suficiente con imaginar tu cara de imbécil mientras asumes que lo mejor que puedes hacer es dejar enfriar el café mientras los encajes bajan. ¿Y si no pasa nada de lo que nos hemos prometido? ¿Y si superas mis expectativas? ¿Y si nos arrepentimos de haberle dado forma a lo que debió permanecer intacto? ¡Ay no! ¿Y si mejor me callo? Esta noche no planeo irme a dormir con tu respiración en mi espalda. ¡Qué carajos! Yo lo que quiero es que a nosotros también se nos desprendan los largueros de la cama.

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