Un día más para prostituir las ideas, para hacerme pasar por alguien menos fracasado en un papel, para lamentarme por la miserable vida de los que recurren a mis palabras y, de paso, por la mía que no da siquiera para bajar las escaleras y salir de este encierro y hacer lo que se supone hace la gente adulta: buscar trabajo. No culpo a las empresas que hay a unos cuantos minutos de mi casa, nadie querría contratar a alguien que les represente costos adicionales y a quien tienen que explicarle un sinfín de veces las cosas. Se me dificulta seguir instrucciones, me aburre lo rutinario pero estar postrada me impide ser consecuente con mis columnas.
-No me mires así, quizás tu ceguera absorbió el poquito de ambición que le restaba a mi cuerpo cuando podía caminar. Más bien dime cuál se ve mejor entre el azul y el rojo, no quiero lucir pálida. Si el país entero me va a ver como un caso de superación, al menos hay que hacerlo creíble.
Como ponerte la mascara todo los días!!
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