septiembre 17, 2012

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Debería intentar despedirme de ese orgullo que tanto afirmo no tener. Tratarte como a uno más y perdonar cualquier disgusto. Finalmente, eres el único a quien he amado y, una de las razones de mi existencia. Qué triste es esta relación. Qué triste ha sido necesitar de alcohol en la sangre para decirnos verdades. Qué triste ha sido ser con quien menos tiempo hayas compartido. Qué triste es no hablarte. Qué triste es saber que estás esperando que sea yo quien de el brazo a torcer y te busque, como siempre. Qué malacostumbrado estás. Qué triste es estar lejos, temiendo por tu vida. Qué triste es que a tu edad la salud se complique. Qué triste es que siempre hayas creído que con dinero se compensa la ausencia. Pero, más triste aún es que yo esté muriendo desde hace tanto tiempo por decirte que te amo más que a nadie y el temor a tu respuesta me impide hacerlo.   

2 comentarios:

  1. Algunas relaciones son tormentosas, algunas respuestas resultan dolorosas; pero nada pesa tanto como los "hubiese".

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