septiembre 25, 2012

TACITURNA

Siempre quiso caerle bien a todos. Era tal su necesidad de no quedar mal en ninguna situación que, con frecuencia mentía u ocultaba sus disgustos para evitar discusiones. Una que otra vez pecaba contra sus principios de paz y manifestaba su desacuerdo, para arrepentirse luego de haber armado una pelea. El otro día la encontré sentada en una banca, mirando lejos, con cara de estar dándose golpes de pecho. Quise indagar un poco y lo único que dijo fue: "No debí decirle que no mensajeara a mis amigas...". Fue poco lo que pude concluir. Creo que le reclamó al novio algo y él se pegó de ahí para hacerse el digno. En fin. Parece que nunca se perdonó haber perdido al 'amor de su vida' por haberle hecho una observación. No pudo con eso. Así como tampoco pudo con el peso de tantas ofensas echadas al olvido. Lo bueno de esto es que murió en su ley. Hoy en el funeral, todos comentaban lo buena que era. "Una tristeza total. Ya no hay personas así...", decían mientras se disponían a seguir con sus vidas.

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