abril 26, 2013

DISFRAZ

Perder la noche. Recorrer calles desoladas. Buscar una mala hora. 

Perderme en tus manos. Recorrer tu cuello con mi lengua. Buscar desesperadamente el cierre de tu pantalón.

Olvidarlo. Recordarte, desearte, anhelarte.

Desdoblarme. Ignorarte. Retorcerme. 

Abrió la puerta como pudo, dejó un camino de ropa por el pasillo, hasta llegar completamente desnuda a la cama. Se acostó sonriente. Quería dormir cansada y eso haría, justo cuando dejara de revivir la forma en la que le arrebató las fuerzas. Moría por congelar el tiempo o al menos devolverlo para derretirse nuevamente con la perfección de su sexo.

No hubo suficientes espasmos para hacerla entrar en razón. En medio de gemidos, supo que... nada, no supo nada.

Había, por fin alguien, encontrado su punto débil.

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